No hay éxito en línea recta, solo crecimiento en la Fluctuación.

La vida nunca es una línea recta, sino una evolución en espiral. Lo que piensas que es un desvío en realidad es el destino preparándote para avanzar; las fluctuaciones que experimentas son precisamente lo que forja un tú más resistente.
Así como las estaciones cambian y las mareas suben y bajan, el universo nunca se detiene ni ha perdido su orden. El este se eleva y el oeste se hunde, es la respiración de la naturaleza; los picos y los valles son el ritmo de la vida.
Esos momentos que parecen de "retroceso" a menudo son procesos de reflexión y acumulación, con el propósito de salir de la crisálida la próxima vez.
Para las empresas, lo mismo es cierto. El verdadero crecimiento no es una línea recta que sube constantemente, sino una carrera de fondo llena de ajustes y reequilibrios.
Las fluctuaciones no son errores, sino nodos de evolución; el mercado es impredecible, y la inmutabilidad solo llevará a la eliminación. Solo al abrazar la fluctuación se puede encontrar un nuevo equilibrio y estimular nuevas energías en la turbulencia.
Las empresas que realmente pueden perdurar no son las que evitan las tormentas, sino las que saben avanzar en las curvas y corregirse en las fluctuaciones. El camino largo, aunque no sea rápido, puede ampliar la visión y fortalecer la base.
Porque tanto en la vida como en la carrera, el camino recto, aunque tortuoso, finalmente conduce a la luz.