Pasé el fin de semana saltando entre diferentes blockchains y utilizando un montón de aplicaciones Web3, y realmente me di cuenta de lo valioso que es un sistema operativo basado en intenciones.
Hice algunas transacciones, pero lo que más me llamó la atención fue lo poco que me importaba la ruta exacta que tomaron esas interacciones. Estaba más enfocado en lo que quería hacer que en cómo se logró.
Ese es el poder del diseño basado en la intención. En lugar de enviar transacciones rígidas y paso a paso, autorizas el resultado que deseas y dejas que el sistema determine la mejor manera de llegar allí.
Esa es la aproximación de @anoma y, sinceramente, se siente como el futuro de cómo interactuamos con las blockchains.
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Pasé el fin de semana saltando entre diferentes blockchains y utilizando un montón de aplicaciones Web3, y realmente me di cuenta de lo valioso que es un sistema operativo basado en intenciones.
Hice algunas transacciones, pero lo que más me llamó la atención fue lo poco que me importaba la ruta exacta que tomaron esas interacciones. Estaba más enfocado en lo que quería hacer que en cómo se logró.
Ese es el poder del diseño basado en la intención. En lugar de enviar transacciones rígidas y paso a paso, autorizas el resultado que deseas y dejas que el sistema determine la mejor manera de llegar allí.
Esa es la aproximación de @anoma y, sinceramente, se siente como el futuro de cómo interactuamos con las blockchains.